La ley de la frontera

Establecer fronteras no nos hace mezquinos, groseros o egoístas; nos hace personas responsables y buenos administradores de lo que el Señor nos ha confiado. Los límites nos permiten amar a las personas de forma correcta y saludable, sin culpas y sin renunciar a nuestras convicciones y a quienes somos. ¡Un mensaje inspirador!

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